LO QUE ESPAÑA NECESITA ES UNA REGENERACIÓN
Por Francisco Parra Luna, catedrático Emérito UCM (parraluna3495@yahoo.es)
Duele que a España se le continúe citando, a pesar de los últimos esfuerzos, como una economía en peligro de rescate financiero y que sigamos estando incluidos en el grupo de los “periféricos” poco fiables si no a punto de quiebra. De ahí que se haya llegado a decir en los momentos más negros y posiblemente con razón: “Que nos rescaten de una vez” (1), tal ha sido y es el clima de incertidumbre existente. Sin embargo, combinando los indicadores más en uso internacionalmente, España no presenta cifras como para temer un tal rescate. Utilizando por exigencias de método sólo los diez países que formarían nuestro “grupo de referencia” o “Espacio Internacional Comparable (EIC)”, y atendiendo a la suma de Déficit Público (2) y Deuda Pública (3), los datos para 2010 en porcentaje del PIB son: Reino Unido 78,3; Austria 71,5; Bélgica 105,8; Francia 85,4; Alemania 76,9; Italia 120,8; Holanda 66,5; España 62,9; Dinamarca 46,7: y Suecia 43,1. Como se ve ningún gobierno se salva del endeudamiento público pero la posición de España es relativamente mejor.
Atendiendo ahora a la Deuda Externa Total (Gobiernos, Empresas y Hogares), -y aunque se trata de un indicador de significado más dudoso por el efecto de las multinacionales- los datos, siempre en porcentaje de PIB son (3): Reino Unido 416; Alemania 155; Francia 188; Holanda 470; España, 165; Italia 101; Irlanda 1004; Bélgica 267; Austria 212; Suecia 165; Dinamarca 196; y Finlandia 153. Los datos comparativos pueden verse en la fuente citada.
Tercer factor a comparar es el llamado “Debt Stress Test”(4) que, en términos de los años necesarios para saldar las respectivas deudas públicas, presentó: Reino Unido 18; Austria 10; Bélgica 25; Francia 19; Alemania 18; Italia 50; Holanda 10; España 9; y Dinamarca y Suecia prácticamente “0”. Obsérvese la posición favorable de España ya que según este test podría cancelar su deuda en 9 años.
Transformando estas tres series intervalo en ordinales, lo que permite sumar sus rangos (sin ponderarlas por el momento), tenemos que el riesgo de impago es: 1 Bélgica (mayor riesgo); 2 Francia; 3 Austria; 4 Alemania; 5 Reino Unido y Dinamarca; 6 España; y 7 Suecia (menor riesgo). No resulta comprensible, pues, las reiteradas menciones a la débil posición financiera española y al miedo escénico que provoca. No al menos con estas cifras.
Lo que sucede es que deben pesar también otros factores para que agencias y mercados nos valoren financieramente al margen de estas cifras. Veamos, por ejemplo, las balanzas de pagos por cuenta corriente dada la incapacidad estructural que sugieren para hacer frente a las deudas, y donde los saldos, en porcentaje de sus respectivos PIBs, son (2): Reino Unido -1,7; Alemania 4,9; Francia -1,8; España -3,8; Bélgica 1,2; Italia -3,0; Austria 2,6; Suecia 6,3; Dinamarca 3,8; Holanda 5,9 y Grecia -1,3, destacando, aquí sí, los contrastes entre los países nórdicos (balanzas positivas) y España (la más negativa). Indicador especialmente grave por traducir la débil competitividad de la economía española.
Y los mercados quizás consideren también las perspectivas de crecimiento del PIB para 2011. Si es así, tenemos (2): Alemania 2,6; Reino Unido 1,6; Francia 1,7; Italia 1,1; Holanda 1,8; Bélgica 1,7; Austria 1,8; Suecia 3,9; Dinamarca 2,1; y España 0,6. Y si la economía no crece al ritmo de los demás, se retrocede. Por lo tanto indicador igualmente preocupante.
Y puede que tengan en cuenta también los niveles de paro que, ahora en porcentaje de población activa, son (1): Reino Unido 7,9; Alemania 7,3; Francia 9,7; España 20,2; Bélgica 11,5; Italia 8,6; Austria 5,0; Suecia 8,2; Dinamarca 4,2; Holanda 5,1. Porcentaje español tan saliente que causa sonrojo a propios y extraños.
Transformando estas series en las correspondientes ordinales y sumándolas, tenemos el siguiente orden en términos de perspectivas económicas: 1. España (el rango más cercano a la peor economía); 2 Italia ; 3 Francia; 4 Bélgica; 5 Reino Unido; 6 Austria; 7 Dinamarca ; 8 Alemania y Holanda; y 9 Suecia (el más alejado).
Y extendiendo el posible interés de los mercados en otros aspectos relacionados con los financieros, interesa registrar los “cambios en la competitividad” de las economías, lo que utilizando el “World Competitiveness Index” entre 2005 y 2010, tenemos: Italia (7 puestos ganados en el ranking); Austria 4; Suecia 3; y ya puestos perdidos Bélgica y Holanda -1; España -7; Francia y Alemania -9 y Reino Unido -20.
Otro aspecto institucional que puede estar jugando un papel en la evaluación de la situación española es la “facilidad para hacer negocios” o “Doing Business Index” (5) el cual proporciona los siguientes grados de dificultad: Reino Unido (4); Austria 32; Bélgica 25; Francia 26; Alemania 22; Italia 80; Holanda 30; España 49; Dinamarca 6; Suecia 14; y Finlandia 13; destacando la mala posición de Italia y en menor medida España.
Finalmente, también pueden considerar los mercados -en su papel de prestamistas-, los niveles de corrupción en los diferentes países suponiendo que a mayor corrupción menor seriedad y garantías de cumplimiento de sus obligaciones. Si es así, los datos (6), en grado de cumplimiento legal de 0 a 10, son: Suecia 9,2; Austria 7,9; Reino Unido 7,6; Alemania 7,9; Francia 6,8; Bélgica 7,1; España 6,1; e Italia 3,9, destacando en este aspecto el bajo nivel de Italia.
Transformando también estas tres últimas series en ordinales e integrándolas, se obtiene: 1. España (mayores dificultades); 2 Italia; 3 Francia; 4 Bélgica; 5 Austria; 6 Reino Unido y Holanda; 7 Suecia; y 8 Dinamarca (menores dificultades). Vemos como la situación de España en los términos de estos tres indicadores institucionales es la peor, lo que evidencia la urgente necesidad de ciertos cambios culturales en España.
Hay que subrayar que los indicadores utilizados no siempre resultan creíbles a nivel individual, pero cuando muestran un alto grado de correlación entre ellos no queda más remedio que tomarlos como significativos. Es lo que sucede, p.e., cuando interrelacionamos los siguientes indicadores: “Confianza en los políticos”, “Despilfarro de fondos públicos”, ”, “Transparencia de la política gubernamental”, “Favoritismos en la asignación de recursos”, “Independencia Judicial” o incluso “Comportamiento ético de las empresas” (7), comprobándose que los países nórdicos presentan los mejores resultados, mientras que España aparece en la parte baja de la clasificación superando únicamente a Italia y Grecia. Correlación que revela tanto la fiabilidad general de los datos como cierta lasitud moral en nuestro sistema. Y de ahí arrancan otros indicadores que como la “disponibilidad de créditos”, el “conjunto de las infraestructuras”, la “capacidad de innovación”, la “calidad de la educación”, la “vinculación al mérito”, o la “relación salario/productividad”, donde España siempre aparece en niveles bajos, y terminan cerrando el círculo vicioso en el que se ha instalado nuestra economía.
¿Es acaso lo que se trasluce de estos indicadores culturales lo que más valoran los mercados?. Aún sin tener en cuenta cuantitativamente los últimos indicadores citados, llega el momento de integrar a su vez las tres series derivadas de los 9 indicadores cuantificados según rangos de cercanía al peligro de rescate financiero, para lograr el rango global que permita explicar o comprender mejor por qué agencias y mercados evalúan tan negativamente a España. Realizada esta operación se obtiene el siguiente rango global: 1 España (la economía más peligrosa); 2 Italia; 3 Francia; 4 Bélgica; 5 Reino Unido; 6 Austria; 7 Alemania y Holanda; 8 Dinamarca y 9 Suecia, siendo de lamentar tener que dar la razón a quienes nos critican internacionalmente. Si tendrían que diferenciar entre lo financiero y lo cultural, porque es en este último aspecto donde presentamos peores resultados, lo que incluso agravaría la peligrosidad de nuestra situación.
A partir de este resumido análisis se obtiene la siguiente conclusión: Se pueden utilizar muchos más indicadores cuantificados, pero éstos nueve son suficientes para demostrar la dualidad y causalidad del problema. Los datos financieros de España pueden calificarse de excelentes en términos comparativos. Sin embargo, serían las debilidades de nuestro sistema económico (en crecimiento, en paro y en déficit por cuenta corriente), así como también las consabidas dificultades burocráticas e institucionales (baja competitividad, rigideces comerciales y laborales y corrupción), y sobre todo nuestra lasitud y desidia por encontrar nuestra vía propia de salida de la crisis, lo que pondría a España en el punto de mira de los inversores. Por no hablar de nuestra incapacidad para apreciar desequilibrios específicos tan evidentes como la “insostenible tríada” (“cosas por hacer”, “paro” y “dinero desubicado”) y los excesos del sistema autonómico. Por lo tanto no culpemos a las agencias de “rating” o a la supuesta perversidad de los mercados, sino a nosotros mismos, a nuestra falta de elasticidad teórica para diseñar nuevas estrategias. Es por ello que algunos venimos abogando por un análisis de nuestro “sistema de valores” para identificar las causas culturales profundas de nuestra específica situación económica. Al menos es lo que intentó demostrar el Modelo Axiológico-SETCU para el período 2010-13 en España (8). Y mientras no procedamos a ello, lo que implica una auténtica regeneración mental de nuestros teóricos y técnicos, será extremadamente difícil salir de la crisis a la misma velocidad que los demás países del EIC. Eso, cuando no nos veamos bochornosamente rescatados, o bien estar constantemente en boca de los mercados como candidatos permanentes.
1. Enrique Quemada, en NEGOCIO & Estilo de Vida (21.12.2010).
2. “The Economist, Economic and Financial Indicators”, Nov. 20, 2010.
3. “CIA World Factbook 2009”
4. “IMD World Competitiveness Center, 2010”.
5. “World Bank. Doing Business, 2010”.
6. “Transparency International. Corruption Perception Index, 2010”.
7. “The Global Competitiveness Index. World Economic Forum, 2010-2011”
8. “Para salir de la crisis: un modelo cuantitativo hacia la creación de empleo”, Equipo MULTIDIS, Coord. F. Parra Luna y J.I. Ruiz Rodríguez, Ed. del Serbal, Barcelona, 2010.
Hola Francisco, me ha gustado mucho tu artículo, ya lo comentaremos. Un abrazo
ResponderEliminarEl trabajo merece la pena
ResponderEliminarGracias, Micael. Lo haremos
ResponderEliminarPaco, muy bueno tu articulo. Espero que hablemos despacio.
ResponderEliminarChao